Hoy es mi último día de instituto. Bueno, mi último día en este instituto. El próximo lunes ya estaremos en el pequeño pueblecito en el que nos trasladaremos, por eso tengo que cambiar también de instituto.
No entiendo por qué mis padres se han empeñado en que debemos trasladarnos tan precipitadamente. Aunque seamos vampiros somos pacíficos y nuestra fuente de alimentación nos permite estar entre humanos sin desatar sospechas por su parte.
Solo hace un par de años que llegamos aquí, al principio no me gustaba, no me gustan los traslados, cambiar de pueblo, de instituto, de amigos…
Esto es lo que menos me gusta, separarme de los amigos, jamás había conseguido unos amigos como los que tengo ahora, y tengo que dejarlos.
Estoy en el coche de Brittany en el asiento de atrás, su hermano Brian siempre se sienta en el asiento de copiloto. Están hablando, pero no se de qué. No me puedo concentrar.
Son mis mejores amigos, ellos y Kate. ¿Qué iba yo a hacer sin ellos?
Estamos llegando al instituto, y tengo la sensación de que no voy a poder soportarlo. Y que no voy a poder despedirme de ellos.
¿Por qué me hacían esto mis padres? Había intentado hacerles entrar en razón, hacerles entender que no era necesario, pero no hubo manera. No paraban de decir que esto era por mi bien, que era lo mejor que podían hacer ellos por mí. ¿Es qué acaso no se daban cuenta de que lo mejor para mí era que nos quedáramos aquí, sin cambiar nada? Aquí era feliz. ¿Por qué no se podían dar cuenta de eso? Me dijeron que sí que se daban cuenta pero que el traslado era inevitable, urgente. Seguía sin entender. ¿Por qué motivo no me decían la causa de esa decisión?
Llegamos. Debía afrontarlo. El último día. Todo tiene su final.
-¡Cathy! ¡Catherine! ¡Cómo no te levantes ahora mismo vamos a llegar tarde! Y supongo que no quieres eso, ¿verdad? ¿Es qué te has vuelto sorda de golpe, chica? ¡Despierta!-me grita Brittany, bajo del coche tan rápido como puedo.
-Lo siento Brit, no se muy bien dónde tenia la cabeza-me disculpo.
-Ya, venga. ¡Si no nos damos prisa vamos a llevarnos una buena bronca! Ya pensarás en eso tan importante luego.
Aunque lo tenía que haber hecho antes, aún no les había contado nada. Y me he pasado varias clases pensando en cómo se lo diría.
Ya en la cafetería, he escuchado a Kate por primera vez del día, y eso que nos sentamos juntas en todas las clases, aunque seguramente eso solo me lo ha parecido a mí, ya que solo ahora acabo de fijarme que lleva el vestido que le regalé el mes pasado, por su cumpleaños.
-Cathy, ¿estás bien? Llevo toda la mañana esperando que digas algo, de verdad, esto no es muy común en ti. ¿Qué te pasa?-me dice con mucha preocupación en su voz.
-Me voy-digo sin pensar.
-¿Quieres que te llevemos a la enfermería? ¿O prefieres que te lleve a casa en mi coche?-me pregunta Brittany alarmada.
-No quiero decir eso-explico. -Me voy de aquí, del pueblo.
-¡Basta ya Cat, sabes perfectamente qué no me gustan ese tipo de bromas!-se queja Brit.
-No parece que esté bromeando Brit-le dice Kate. -Pero ¿por qué eso?, ¿cuándo?, ¿dónde?-me pregunta entonces.
-La única cosa que sé es que el traslado es mañana.
No contestan. Están como estatuas, quietas. Kate me mira por debajo de su perfecto flequillo rubio con sus ojos azules grisáceos fuera de sus orbitas. Lleva su pelo suelto, como de costumbre, liso, que le llega hasta media espalda.
Brittany está triste, decepcionada, eso es lo que demuestran sus ojos marrones abiertos de par en par. Ella tiene el pelo castaño claro, ondulado, un poquito más corto que el de Kate, y también es ligeramente más bajita.
El momento está lleno de tensión, no sé que decir, ¿qué debería decir? ¿Es que acaso no hay ningún libro o guía que explique cómo despedirse? La verdad es que no tengo ni idea, aunque ya es demasiado tarde.
-¿Se puede saber qué está pasando aquí? Estáis estupefactas, de verdad, ¿me he perdido algo?-Grita Brian, el hermano de Brittany, desde mi espalda.
Luego se sienta en la mesa junto a nosotras. No decimos nada. La verdad es que estoy esperando que ellas digan algo, aunque no es muy probable, no ahora mismo, porque me están mirando aún con los ojos abiertos. Creo que no tiene que ser bueno para un humano estar tanto tiempo sin cerrar los ojos.
Brian me mira, también, y comprende que Brit y Kate están así por mí. Seguramente porque debo ser la que tiene la cara menos descompuesta.
Genial. Si se lo cuento probablemente se unirá a ellas para mirarme como si le diera miedo, pero si no lo hago, ¿cuándo lo sabrá? ¿Cuándo yo ya no esté aquí?
-Cathy, dime qué pasa antes de que me vuelva loco. -Difícil, a pesar de ser mis mejores amigos, ese par de hermanos está fatal de la cabeza. Eso me dio esperanza.
-OK. Pero antes cálmate y prométeme que no vas a quedarte como ellas. -Quería asegurarme de eso, porque realmente creía que iba a ocurrir.
-Te lo prometo, venga cuenta, no puede ser tan fatídico.
-Primero escucha y luego opina -venga Cat, seguro que puedes con otro. -Me voy, del pueblo.
-Te vas, del pueblo.
-Sí, eso es. –Respondo, no sé que más puedo decir.
-¿Pero cuándo? ¿Dónde, por qué?
-Mañana, lejos y no entiendo por qué mis padres quieren eso.
Está confuso, pero parece tomárselo mejor que el resto. Kate entonces reacciona, salta de su silla y corre a abrazarme, sollozando. Me doy cuenta que una lágrima empieza a recorrer mi rostro, deslizándose por mi mejilla. Brittany, salida ya de su embrujo, se une también a nuestro abrazo.
-¿Pensáis dejarme un poquito para mí, verdad?-se queja Brian bromeando. Empezamos a reír todas tres, felices, a pesar de que ese era el momento más triste que habíamos pasado juntas.
En ese momento me di cuenta de que seguiríamos llamándonos, enviándonos mensajes… Con mucha más razón de la que teníamos ahora. Ellos seguirían siendo mis amigos, lejanos, pero amigos. Por eso me sentí más segura, como debería sentirse una vampira, que es lo que soy.
Más tarde…
Ya en casa, después de las despedidas definitivas, me tomo un descanso. Mañana, sábado, será un día largo. Debo ir a cazar, hace ya más de una semana que no voy y empiezo a estar sedienta, y será el último día que estoy en el pueblo, en mi casa, en mi habitación. La verdad es que todo eso no me angustia tanto como el tema de las amistades, más bien me pone triste. No volver a estar aquí, aunque solo haga dos años que hemos llegado…
Voy a irme temprano a dormir, espero que la última noche sea más tranquilita que las pasadas, o no podré aguantarme de pie ni un día más, bueno si, los vampiros no necesitamos dormir, aun así algunos lo hacemos, sobre todo los vegetarianos, porque de esta manera podemos llevar una vida algo más parecida a la que llevan los humanos.
Miro por la ventana, me relaja, sobre todo cuando llueve, como ahora…
Un día después…
Corro por el bosque, guiada por el efluvio de algunos antílopes que no están demasiado lejos. Deben ser tres, oigo sus corazones latir, pero cuando los veo lo confirmo. No paro de correr, simplemente salto sobre uno de ellos y acerco mi boca a su cuello. Ha sido rápido, ya llevo bastantes años cazando y estoy acostumbrada a cazar sin hacerle un solo rasguño a mi ropa. Dejo el cuerpo del animal en el suelo y me dirijo hacia los otros, que al verme empezaron a huir. En medio segundo ya he alcanzado al segundo y dos minutos más tarde acabo con el tercero.
Empiezo el regreso a casa corriendo, pero termino caminando… mi última cacería en la zona… podré soportarlo.
Son las siete de la tarde, la verdad es que hoy no he hecho muchas cosas que digamos: me he levantado tarde, he hecho algunas fotos por la casa y ahora me encuentro aquí.
Cuando llego a casa termino de hacer las maletas, los últimos detalles… y vuelvo a mirar por la ventana. Siento que va a ocurrir algo, y no termino de saber qué. Bueno si, mañana me voy, pero creía que lo había superado…
Entonces veo que algo se mueve, una sombra oscura y rápida que me inquieta. No parece un animal o algo parecido. Eso es lo que acostumbraba a ver cuando miraba por la ventana, contemplando el bosque que se alzaba a pocos metros.
No, esa cosa no era un animal. Esa sombra iba demasiado rápido, solo los de nuestra especie podemos correr a tanta velocidad.
El problema ahora era saber qué hacía un vampiro por esa zona, ya que no encontraba ningún motivo. No creo que sea vegetariano, la mayoría no lo son. Pero el pueblo es pequeñito y por eso no habitan muchas personas en él. Por lo tanto… sólo estamos nuestra familia, mis padres y yo. A lo mejor ellos se conocían y ese extraño solo venía a visitarles... aunque es sencillo encontrar nuestra casa, está apartada de las demás, y en los alrededores solo hay nuestro olor, si no les había avisado era porqué no quería que supieran que estaba allí… También podía estar solo de paso, aunque es poco probable que pase exactamente por el lado de la casa de los únicos vampiros de la ciudad, siendo él también uno.
Eso es casi imposible. Por eso me preocupa que conozca a mis padres, si no quiere que sepan que está aquí. No quiero pensar que tiene malas intenciones con ellos, no habían hecho nada malo, que yo supiera… quizás debería avisarlos, por si acaso.
Aunque es probable que ya lo sepan, ¿por qué si no esa repentina prisa en trasladarnos? ¿Por eso no me explicaban el motivo de esa decisión y solo se inventaban excusas? ¿Por el peligro?
La verdad es que podían confiar en mí más de lo que se pensaban. Quizás solo temían asustarme, aunque ya lo habían hecho tan solo con explicarme esas excusas sin sentido, improvisadas. Mis padres son buenos actores, todos los vampiros lo somos, pero realmente ese tema del traslado los ponía nerviosos, y no podían esconderlo. Y ahora me estoy preocupando de verdad, ya que probablemente escondían la mayor parte de su preocupación, y si se mostraban ya muy nerviosos es que realmente lo estaban mucho más, eso no me había pasado por la mente antes.
Y lo que me inquieta más es que mis padres siempre me han dicho que a ellos su vida no les importa demasiado, siempre me han dicho que la mía era la más importante de proteger…
