
3. EL VIAJE
(POV BELLA)
Subí al avión despúes de despedirme de mi padre, él quería que me fuera a vivir con mi madre porque creía que dejaría de comportarme como un cuerpo sin vida. Ya lo había intentado algunas veces antes sin lograrlo pero ahora lo consiguió.
El despegue fue normal, sin ningún imprevisto y decidí dormir un rato para descansar, ya que en la noche anterior solo pude pensar que en un día volvería a estar con mi madre. Lo único bueno de marcharme de Forks.
Cuando desperté miré el reloj y vi que faltavan dos horas para llegar aun, miré por la ventana y, detrás de unas pocas nubes, lo único que logré ver era agua... como si estuvieramos sobrevolando un océano... imposible. ¿Desde cuándo hay un oceano en medio de los Estados Unidos?
Busqué por el pasillo del avión alguna azafata para preguntarle dónde estábamos, pero no había ninguna a la vista. Intenté no preocuparme y descansar un rato más... y aunque cerré los ojos no pude dormirme, así que escuché un poco de musica con mi reproductor, hasta que nos informaron del aterrizaje.
Entonces vi que alguien de baja estatura con una oscura capa caminaba por el centro del pasillo, y que todo el mundo empezaba a gritar... gritos de dolor. Me di cuenta que era una chica, con el pelo castaño corto y unos lavios carnosos. Su piel era muy palida, demasiado.
Entonces me miró con sus grandes ojos, y solo pude aterrorizarme. Eran de un profundo rojo carmesí, y me miraban directamente, divertidos al principio, pero cada vez más frustrados.
- Alec - dijo con una aguda y clara voz. En menos de un segundo había a su lado un chico muy parecido a ella, también vestido con esa capa.
- Jane, ¿qué ocurre? - dijo mirándome con unos ojos del mismo color de ella.
- No puedo... no entiendo, prueba-dijo señalándome con la barbilla con su voz irritada.
Empezó a envolverme una fría niebla, que desapareció poco después. No podía dejar de mirar esas dos figuras, por mucho que lo deseara. Y éstas no dejaban de mirarme a mí.
- Yo tampoco. Tenemos que llevarla, a él seguro que le gustará, aunque huele bastante bien... - dijo el vampiro, Alec.
- Sí, será mejor que la guardemos. Por cierto, bienvenida a Italia- dijo sarcasticamente y se fue alejando de mí.
- Felix - llamó Alec. Y un vampiro parecido a Emmett se acercó y me cogió en sus brazos, y me desmayé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario